El haggis es el plato nacional escocés y la culminación de una de las tradicionales cenas de la Noche de Burns y, a pesar de ser objeto de la pasión gastronómica escocesa en el mundo, no es un plato que entre precisamente por los ojos. ¡Eso sí, le damos nuestra palabra de que el aspecto poco apetecible del haggis se ve compensado con creces por su sabor! ¿Intrigado?
Este clásico plato popular es una especie de pudin que combina carne con gachas de avena, cebolla, sal y especias. Servido normalmente con la típica guarnición de puré de colinabo y puré de patatas, el haggis se cocinaba tradicionalmente en el estómago de una oveja (forma ancestral de conservar la carne), mientras que en la actualidad se cocina y se vende en una tripa sintética. Estamos de acuerdo con que no es uno de los platos más elegantes del mundo, pero su sabor resulta un inconmensurable placer para el paladar. ¿Aún necesita más argumentos?
Por muy raro que haggis pueda sonar, el resultado final es una auténtica obra de arte culinaria. Carnoso, picante, jugoso, se deshace en la boca, el haggis es un plato exquisito. ¡Elaborado principalmente con gachas que le confieren una textura suave que permite que se deshaga fácilmente (como un relleno) y dotado de un sabor terroso que, en combinación con sal y especias, le dan un toque picante y rústico con una pizca de pimienta! Suena a música celestial para el paladar, ¿cierto?
